15 de diciembre de 2014

Lector aplicado

RDUA tarea. Conducir el blog es costoso, supone un gasto de tiempo importante. Tengo que escribir y dibujar, aunque algunos escudos pueden ser rápidos de realizar al tener un histórico de cargas heráldicas ya diseñadas, otros no. El 26 de mayo de 2011 publiqué la presentación de este plúmbeo blog. Al día siguiente publiqué las primeras palabras divulgando el blasón. Inconscientemente estaba sembrando palabras, semillas para divulgar conocimientos sobre heráldica.


Algunos lectores han ido cosechando esas palabras y después de un tiempo me escriben informando de lo mucho que han aprendido. Algunos me felicitan. Algunos se atreven a blasonar y otros pocos además se atreven a diseñar. Yo me alegro enormemente de ver que el blog sirve para algo, sobre todo para aquellos los que ahora ya saben que la asociación escudo-apellido es falsa.


Hoy presento la labor de don Antonio Martín, el que se declara lector asiduo, en cuanto a su evolución con la heráldica. Os iré mostrando algunas palabras suyas:
Estimado Xavi:

Disfruto con fruición de su blog desde hace tiempo. Enhorabuena por su trabajo y gracias por compartir su conocimiento con nosotros, los lectores.

A partir de su lectura, creo que he aprendido lo suficiente como para atreverme a dibujar unos primeros bocetos. Jugando con elementos de la Wikipedia, he compuesto por ocio un escudo de armas personal y otro del pueblo del que procede mi familia paterna.
Presenta un diseño para unas posibles armas personales suyas y adjunta un blasón:
De púrpura, puestas en sotuer una pluma de plata en barra por encima y una espiga de oro en banda.
Escudo de armas de Antonio Martín. De púrpura, puestas en sotuer una pluma de plata en barra por encima y una espiga de oro en banda.
Incluye en el texto una explicación de las armas:
Aluden a mi profesión (periodista) y a la profesión paterna (agricultor). El color del campo, púrpura, alude al reino de León, una de las dos regiones históricas que, como sabe, componen Castilla y León. Soy natural de Salamanca y laboralmente siempre me he desempeñado en esta zona geográfica. Quisiera incorporarle un lema, pero aún no he encontrado el más adecuado. En todo caso, será una cita que aludirá a la ciencia como motor del desarrollo humano.
Supongo que una vez saciada su sed al concebir y diseñar su escudo le entró el gusanillo y siguió con una propuesta para su pueblo. Don Antonio Martín escribe desde el poblado salmantino de Quejigal, dentro del municipio de Canillas de Abajo:
En el caso del escudo del pueblo, debo añadir que desconozco si existió otro en el pasado, aunque también lo dudo. Para empezar, soy consciente de que debería repasar documentación del municipio al que pertenece, algo que no he hecho.

He querido dotar al escudo de algún significado. En primer lugar, he optado por un arma parlante. Tres quejigos para recordar qué es un quejigal ("terreno poblado de quejigos", según la definición de la RAE). En segundo lugar, quiero recordar una parte de la historia del pueblo. Hasta 1934, la localidad, entonces una finca, perteneció al duque de Sotomayor. Ese año, debido a una reforma agraria, los terrenos fueron vendidos a las familias de labradores que allí vivían y trabajaban. El escudo de ese título nobiliario contiene tres fajas jaqueladas de oro y gules con otra faja de sable en su interior en un campo de plata. Una de esas fajas y el metal del campo recuerdan aquella antigua pertenencia. Aunque conozco tu preferencia por las coronas murales para la heráldica cívica, he optado por una corona ducal, al modo que se hace en los escudos de otros territorios, con el mismo sentido que la faja jaquelada: recordar la pertenencia a aquel ducado.

Por lo tanto, describiría heráldicamente (y corrígeme si me equivoco) de esta manera el escudo:

De plata, faja jaquelada de gules y oro, por medio de ella otra faja de sable. En jefe, dos quejigos. En punta, otro quejigo.
Propuesta para Quejigal. De plata, faja jaquelada de gules y oro, por medio de ella otra faja de sable acompañada de tres quejigos de sinople.
El blasón se entiende. Si yo lo tubiera que dibujar no me plantearía dudas, aunque mi recomendación es utilizar el término acompañado: De plata, una faja jaquelada ... acompañada de tres quejigos de sinople. Al decir tres ya se entiende que dos van en jefe y uno en punta, pero se podría añadir expresamente el "dos en jefe y uno en punta" sin problema alguno. Eso sí, el esmalte de la carga debe especificarse. 

Don Antonio Martín ha utilizado ese timbre por ser la localidad parte de la jurisdicción del antiguo ducado de Sotomayor. Yo quizá reservaría la corona para la población que fuera el centro del ducado. En todo caso, la comunidad de Castilla y León sigue un criterio que a mi personalmente no me gusta nada, que es la de timbrar todo con corona real. Si todos son especiales todos son iguales, por tanto ninguno es especial.

Creo personalmente que su propuesta es muy acertada. Por una parte utiliza armas parlantes, quizá de las mejores para identificar algo. Por otra parte rememora la historia del poblado haciendo referencia a su pertenencia en el pasado, ubicándolo así en un área geográfica específica. Debo añadir que tanto este blasón como el otro son sencillos y eso amigos, ya lo he repetido muchas veces, en heráldica es bueno. Un buen criterio.

Para finalizar me gustaría enviar un abrazo y mis felicitaciones a don Antonio Martín por el trabajo realizado y animarlo a ponerse en contacto con las autoridades locales para iniciar un proceso de adopción de armas basada en esta propuesta. Si lo consigue, será un motivo de orgullo y satisfacción personal, algo para explicar a sus nietos.

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