9 de mayo de 2016

Villamartín

E entenré de la noticia por un medio inglés. Buscando después veo que también se ha escrito bastante en castellano. Lamentable, deshonroso, bochornoso, vergonzoso, me faltan apelativos para describir lo que han hecho y han llamado "restauración". Hablo de la chapuza del castillo de Matrera:


En concreto me enteré por esta noticia donde el titular es bastante explícito:
Historians outraged after a 9th-century Spanish castle gets the world’s worst restoration
Viene a decir algó así como "Indignación de los historiadores después de que un castillo español del siglo 9 reciba la peor restauración del mundo". No se si será la peor del mundo, pero no es para estar orgullosos, ni de lejos. ¡Es que ni Calatrava!

El castillo de Matrera, tan lastimosamente restaurado, esta representado en el escudo municipal de Villamartin, en la provincia de Cádiz, en Andalucía, allí donde el castillo está ubicado. Esta es su descripción:
De gules, una torre donjonada de oro aclara de azur. Al timbre, corona real abierta.
Escudo de Villamartín. De gules, una torre donjonada de oro aclara de azur.
Ya sabéis que las coronas reales son cerradas, pero cosas de la heráldica española hay una abierta que coincide en diseño con una corona de infante. El escudo es sencillo y eso lo hace bello. Recordad que eso de "torre donjonada" no es más que una torre heráldica con otra más pequeña encima, llamada torre del homenaje.

El escudo es el que usa el Ayuntamiento de Villamartín, pero no me ha parecido ver que sea oficial. Ahí queda como tarea pendiente para el consistorio de Villamartín. Al menos el castillo perdurará representado en el escudo mediante una torre donjonada, torre que podremos mirar sin llorar de pena.

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2 comentarios:

Alb Burguete dijo...

Hace tiempo que vi esta noticia, comparándola con el Ecce Homo y Castillo de San Romualdo en Cádiz.

http://finofilipino.org/post/140808788861/restauracion-castillo-matrera-cadiz-fail

Ojala no se sigan ese camino en otros monumentos que requieran ser restaurados.

Soliloco dijo...

También yo seguí la historia de este trabajo. Hay que avisar de que se han publicado un "antes" y un "después" de una restauración, dando una noticia falsa. La primera foto no corresponde al estado antes de los trabajos, que son más de consolidación o preservación que de restauración de la torre (lo explicaré luego para el que no lo sepa).

No lo es, porque el hecho cierto es que la torre se había derrumbado tres años antes. En este caso, la polémica tapa la verdadera tragedia. Que el original se derrumbara por la escasa atención que recibía antes, como ha de pasar con otros bienes de nuestro patrimonio.

El éxito mediático del Ecce Homo de Borja ha llevado a algunos medios a repetir jugada. Recordemos que saltó a los medios por unas fotos que, en realidad, comparaban un "antes" de un oleo sobre un muro húmedo y sin imprimación previa, destinado deteriorarse, que ya había tenido que ser retocado; con un "después" que no era el resultado final de una restauración, sino un paso previo destinado a proveer de base a un nuevo repintado. Si bien hay que tener en cuenta que la "restauradora" voluntaria no era profesional, que tenía poca experiencia y carecía de conocimientos adecuados a una auténtica restauración, y que el estado anunciaba un desastre, el caso es que se convirtió rápidamente en un fenómeno viral y fue bienvenido por la población aragonesa, que le ha sacado provecho.

No es trasladable al castillo de Matrera, que ha sido realizado por un arquitecto, según las leyes, recibiendo un prestigioso premio internacional en la categoría de preservación, valorado por expertos auténticos -no por "la red", "los medios" o aficionados y simpatizantes- y cuya localidad no parece querer ser así identificada.

No olvidemos que en los trabajos modernos, se exige que el trabajo actual se distinga claramente de la obra antigua. Parece que, en este caso, trata de corresponder al aspecto original, siendo suficientemente distinto, pues como muchos de su época no lucía su piedra desnuda sino remozada.

Cualquiera que visite un museo comprobará que se hace un esfuerzo de diferenciación entre lo auténtico y lo nuevo, que ha de ser drástico sin más que restaurar es consolidar, a veces con ejemplos más radicales que este. La idea es que el público ha de acostumbrarse y aprender en ello, que es un valor buscado. Por tanto el premio es merecidísimo en el contexto profesional.

Mi opinión particular es que es una tendencia que exagera, demasiado profesionalista. Bien está que lo nuevo, que a veces necesita algo de fantasía, no se confunda con lo autentico, pero ha de dar margen a la a veces escasa capacidad de abstracción e imaginación de un público que no busque el estudio, sino hacerse una idea del aspecto. En todo caso el "después" de la foto está nuevo, dentro de unos años su aspecto chocará menos.