20 de enero de 2015

Anécdotas

veces tengo vivencias que son suficientemente dignas para aparecer en cualquier programa de gags cómicos. Recientemente me pasó una de estas de "tierra trágame". Volvía de comprar en una gran superficie con un gran aparcamiento exterior. Era tan oscuro como lo es habitual sobre las 20:00 p.m. en invierno. El aparcamiento no estaba excesivamente lleno aún así aparque mi viejo coche un poco apartado de una de las entradas iluminadas. Llegaba a mi coche con la compra realizada y motivado por la música que entraba en mis oídos gracias al reproductor de música incorporado en los teléfonos de ahora. Realicé la operativa habitual, descargar la compra y devolver el carrito, cuando al dirigirme a la puerta del conductor veo que enfrente hay dos hombres agachados como buscando algo debajo de una furgoneta. Yo, como buen samaritano que soy, cogí mi pequeña linterna de leds y me agache a su lado, encendí la linterna para buscar en el suelo y alumbré. 

¡Qué gran idea!
Me dispuse a preguntar por el objeto a buscar cuando de repente la pareja de hombres se levantan al unísono y empiezan a cantar en árabe. ¡Los colgados estos estaban rezando en medio de un aparcamiento! Yo me levanté con cara de situación con la boca medio abierta hasta que me di cuenta de que estaba alumbrando a la cara de uno de ellos. Apagué la linterna y me fui raudo hacia casa.

Quizá me hubiera ahorrado el mal rato si no hubiera estando escuchando aquella canción y hubiera escuchado la melodía de sus oraciones. La canción que tenía puesta con un buen volumen para ponerme las pilas era esta:


Ver un ratito el vídeo y escuchar un poco la letra. Veréis que repite varias veces esto:
...
Sur la plage, dans le sable
...
Viene a significar "en la playa, en la arena". ¿Os suena eso de sable?


Sable es un esmalte heráldico. Es la representación de algo que hay que identificar con el negro. Los franceses también utilizan sable para el mismo esmalte. El esmalte heráldico correspondiente a la tonalidad cromática del negro y la arena en francés se dicen igual "sable".

Aunque sea anecdótico hay textos que han traducido el sable por arena en lugar de sable o negro. Si alguna vez os encontrais con algún texto heráldico antiguo y veis un algo de arena saber que en realidad es de sable.

Recuerda otra anécdota, de las relacionadas con la heráldica, de las otras tipo "tierra trágame" quizá otro día explique más. Recuerdo que para la elaboración del Repertori de Grandeses Títols i Corporacions Nobiliàries de Catalunya vol. III habían algunos escudos de los cuales no encontrábamos las fuentes. El maestro Armand de Fluvià me envió un fragmento de una revista llamada "San Sebastián" nº 35 del 20 de enero, como el de hoy, pero de 1969, las páginas 47 y 49. En ese fragmento se podía leer esto:
¿Qué puede haber más dulce que una bordura de azúcar con ocho estrellas? espero que las estrellas fueran de chocolate, pero del negro por aquello de la primera regla de la heráldica o chocolate blanco si el azura es moreno. Al final resultó que la bordura era de azur.

Y hay más, Lector en la sombra una vez me preguntó por privado si sabía lo que era la "coña del casco". Después de investigar resulta que la traducción no era correcta, que era el cono del casco... Lost in traslation.

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7 comentarios:

Unknown dijo...

Ese es el tipo de anécdota que todo el mundo encuentra divertida excepto el pobre hombre al que le toca en suerte sufrirla. Pero bueno, mirando el lado positivo, al menos podrás animar alguna reunión social narrándola.

Soliloco dijo...

Ja ja ja Espero que aunque no vieran su cara se lo tomaran con humor.

Allá por los ochenta me presentaron a un joven que venia del norte y dijo llamarse Miguel Aitor. Como un auténtico imbécil, coincidiendo con la película que fue un bombazo, quise seguir la broma "¡Caramba, como el Terminaitor!" No sabía aún que Aitor era un nombre vasco, me lo aclaró luego un tercero. Miguel Aitor no volvió a hablarme.

Unknown dijo...

Esa anécdota, vista desde fuera, también tiene su gracia.

Soliloco dijo...

Gracias :) .A mí me empezó a hacer gracia cuando se me pasó la vergüenza. Imagino que a él se le habrá pasado el disgusto, y si sigue pronunciándolo como palabra llana es posible que se acostumbre a la ignorancia que tenemos algunos.

Xavier Garcia dijo...

Yo me río de mi sombra. En el coche poco después de arrancar ya me estaba partiendo la caja yo solo.

Xavier Garcia dijo...

¿No conocías el nombre de Aitor? si por esa bromilla no te habla es que es un imbécil. ¿No sabes aquel de Aitor Tilla o Aitor Menta?

Soliloco dijo...

Por aquél entonces Gomaespuma empezaban. Eran poco conocidos y sus primeros personajes populares eran otros, como Gordopilo. Aitor Tilla vendría luego. El joven aquél lo pronunció distinto: llano y después de un nombre, Migueláitor.

Además -burro que soy- confundí el tono. En algunas tierras se pondera lo propio con especial orgullo o importancia. En Aragón en general -o en el que conocía- ese tono es sorna (para decir "no" decimos "¡Sí!" o "Sí, pa' tu boca" apenas exagerando la convicción) y poner la propia tierra por encima no era una virtud sino falta de objetividad, incluso motivo de ironía. No sabía que él era de fuera.

Parecía una broma a seguir y metí la pata. Por el respingo del que nos presentó, debí parecer Torrente en la embajada Ferrero Rocher. Dejó de venir al poco tiempo, no le caí bien.